Este insigne hijo de Sayán, nació en dicha ciudad el 20 de Mayo de 1844, siendo sus padres Angel Tovar y Manuela Chamorro. Su cuna natal se ubica cerca al actual Palacio Municipal de Sayán.
Cursó estudios en el Seminario Conciliar de Santo Toribio en Lima y graduado de Maestro en 1861, recibió allí la primera tonsura y las órdenes menores en 1826, el subdiaconado en 1865 y el diaconado en 1866. Aquellos años se dedicó al periodismo, como redactor del periódico “El Bien Público”; pero su defensa de las opiniones y los intereses de la Iglesia Católica lo malquistó con el poder.
La jerarquía católica de la época, lo envió a Roma dónde se le confirieron las órdenes mayores en la Basílica de San Juan de Letrán el 22 de Setiembre de 1866. Luego retornó a Lima donde nuevamente el periodismo lo llama. Fue redactor del diario católico “La Sociedad” entre 1870 y 1880; ejerció la docencia en el Seminario de Santo Toribio a cuyo Rectorado accedió en 1880.
Fue incorporado al Coro Metropolitano en 1871 como canónigo teologal. Fue sucesivamente promovido a las dignidades de Tesorero en 1877, Maestrescuela y Deán. También afianzó entonces su fama de orador sagrado, pues, tras los desastres de las batallas de San Juan del 13 de Enero de 1881 y Miraflores del 15 de Enero de 1881, pronunció una elocuente oración fúnebre en Enero de 1884 durante los oficios religiosos efectuados en homenaje a los caídos en defensa de la patria en la infausta Guerra del Guano y del Salitre con Chile.
Elegido Diputado por Lima en 1884 concurrió al Congreso Constituyente que asumió la responsabilidad histórica de aprobar el Tratado de Ancón y fue su Vice-Presidente. En calidad de Ministro de Justicia y Culto en 1885, cooperó en las postrimerías de la Administración del General Miguel Iglesias. Representó a éste en las negociaciones mantenidas con el general Andrés Avelino Cáceres que había desconocido su autoridad; y luego fue miembro del Consejo de Ministros que asumió el poder ejecutivo del 3 de Diciembre de 1885 al 3 de Junio de 1886. Nombrado Obispo Titular de Marcópolis y Auxiliar de Lima el 4 de Junio de 1891; pasó a ser Vicario Capitular de la Arquidiocésis de Lima. Cuando murió el Arzobispo Manuel Antonio Bandini el 11 de Abril de 1898 fue nombrado como XXV Arzobispo de Lima desde el 22 de Agosto de 1898.
Fundó el periódico “El Bien Social” que sostuvo celosamente la integridad de las doctrinas eclesiásticas católicas y su propaganda. Asistió al Concilio Plenario de la América Latina de Roma en 1899 y logró llevar a cabo la restauración de la Catedral de Lima, cuyo viejo Altar Mayor lo obsequió a la Iglesia San Jerónimo de Sayán. Fue miembro de la Real Academia Española de la Lengua. Murió en Tarma el 25 de Mayo de 1907. Sus restos yacen en una Cripta en la Catedral de Lima.
TESTAMENTO DE
MONSEÑOR MANUEL TOVAR Y CHAMORRO*
En Tarma, el 12 de Abril del presente año de 1907 a las 11 del día, presente el notario público en la habitación que ocupaba su Ilustrísima en el hospital de Tarma, y hallándose este en pleno goce de sus facultades intelectuales dijo: que deseaba extender su testamento abierto y lo redactó en la siguiente forma:
1º.- Declaro que soy peruano, nacido en la villa de Sayán, provincia de Chancay, de 63 años cumplidos, sacerdote católico, apostólico y romano, Arzobispo de Lima, hijo legítimo de don Angel Tovar y de la señora doña Manuela Chamorro, ambos difuntos. Dígolo para que conste.
2º.- Item declaro, que he profesado siempre en todas su integridad, la doctrina de la santa Iglesia católica, apostólica y romana, que no he faltado nunca á la sumisión y obediencia debidas al Sumo Pontífice; en estos mismos sentimientos espero morir por la Gracia de Dios.
3º.- Declaro por bienes los siguientes: un lote de terreno ubicado en la Magdalena del Mar cerca de Lima, todo el menaje de mi casa habitación, situada en Lima, calle de Valladolid Nº 106, los muebles de mi Despacho arzobispal, menos las dos mesas y un sofá antiguo que pertenecen al Venerable Capítulo; los dos coches de mi uso con su caballo y arneses; veinte mil setecientos soles en bonos de la deuda interna consolidada, que están depositados en la Caja del Venerable Capítulo; y por último todo mi ajuar episcopal, del que puedo disponer libremente, porque fue obsequiado por mis buenos amigos. Dígolo para que conste.
4º.- Confirmo la donación que hice de todos mis libros para constituir la biblioteca arzobispal, y declaro que dicha biblioteca la adquirí integramente, en el transcurso de los años, antes de tomar posesión del Arzobispado de Lima. Dígolo para que conste.
5º Item declaro, que es mi voluntad que el pectoral y el anillo solitario de brillantes que poseo, se entregue al Venerable Capítulo metropolitano, para que se incrusten en la custodia de la Catedral de Lima. Dígolo para que conste.
6º.- Item, declaro que es mi voluntad que además de los ornamentos y pontifical que ya están en la sacristía de mi Catedral, se entreguen para la misma, los vasos sagrados y los ornamentos que aún tengo en mi poder. Dígolo para que conste.
7º.- Item, declaro que lego a la fábrica de la Catedral los 20,700 soles de la deuda interna que mencioné al enumerar mis bienes. Dígolo para que conste.
8º.- Item, Declaro, que la reliquia del “Lignum Crucis” que tengo en mi Despacho, se entregue al Tesorero de la Catedral. Dígolo para que conste.
9º.- Item, declaro, que el anillo de una esmeralda con círculos de brillantes, sea entregado a la señora esposa de mi médico, el doctor don Belisario Sosa, como modesta manifestación de mi gratitud por los desinteresados servicios que me ha prestado en mi enfermedad. Dígolo para que conste.
10º.- Item, declaro, que es mi voluntad que de los dos cuadros al óleo de Santa Rosa de Lima que tengo en mi casa, escoja el que más le agrade mi fiel amigo monseñor doctor don Luis Felipe Polanco, y conserve el otro para sí, el señor don José Oliva. Dígolo para que conste.
11º.- Item declaro, que es mi voluntad que el cuadro al óleo de Santo Toribio, que también está en mi casa sea entregado a mi secretario privado y fiel amigo, monseñor don Carlos García Irigoyen. Dígolo para que conste.
12º.- Item declaro, que mando que los otros objetos de mi ajuar episcopal se vendan, paulatinamente dedicando la mitad de su producto a mandar decir misas por mi intención; y la otra mitad se distribuya a los pobres. Dígolo para que conste.
13º.- Item declaro que, el depósito que á la orden del Arzobispo de Lima mandé constituir en el banco del Perú y Londres, pertenecen al Seminario de Santo Toribio, estando actualmente retenido judicialmente por petición del Ministerio Fiscal. Dígolo para que conste.
14º.- Item declaro, que instituyo por único heredero, en el remanente de mis bienes y acciones, a mi hermano monseñor don Jaime Tovar. Dígolo para que conste.
15º.- Item declaro, que si mi fallecimiento ocurriese en la ciudad de Tarma, es mi voluntad que mis restos no sean trasladados a Lima y, ruego ser obedecido. Dígolo para que conste.
16º.- Declaro que ruego igualmente, al Venerable Dean y Capítulo metropolitano, que en los funerales que me hagan en la Catedral no se pronuncie oración fúnebre. Dígolo para que conste.
17º.- Item declaro, que nombro por albacea y ejecutores testamentarios para que ejerzan el cargo, mancomunadamente, a monseñor don Jaime Tovar y a don José Oliva, prorrogándoles expresamente el término legal por todo el que necesiten. Dígolo para que conste.
18º.- Item declaro, que en mi afán de continuar las Obras de mi Catedral, he invertido en ellas más de nueve mil soles de plata, de mi propio peculio, que actualmente se me deben y que cancelo en beneficio de dicha Iglesia Catedral. Dígolo para que conste.
19º.- Item declaro, que es completamente calumnioso el cargo que se me ha hecho de malversador de las rentas del Seminario de Santo Toribio; pues lejos de eso le he donado cuatro mil cuatrocientos soles, donación que ha quedado perfeccionada por el fallecimiento de mi hermana la señorita Angela Tovar.
Dígolo para que conste. Antes de afirmar y rubricar esta mi última voluntad, quiero declarar solemnemente, por honor del sacerdocio y de la dignidad episcopal, que cuanto se ha escrito sobre mis costumbres, es pura calumnia, y que por la misericordia de Dios no he faltado nunca a los deberes de mi estado.
Perdono, sin embargo, de todo corazón a mis calumniadores para que Dios Nuestro Señor me perdone a su vez. Y habiendo expresado el testador por sí ser su última voluntad, en presencia de los testigos reunidos en un solo acto, que suscriben con él, firmó,
Manuel Tovar Arzobispo de Lima
Eloy L. Robles, Cura de Tarma. Julio G. Piélago, ex – Dean de la Catedral de Huarás. Andrés P. Edscobar, Capellán del Hospital. J.F. Pazos Varela, Abogado. Ante mí, de que doy fe. DANIEL CASAS, Notario Público.
(*): En el Libro de José Oliva :“Corona Fúnebre del Iltmo. y Rmo. Monseñor Dr. D. Manuel Tovar. XXV Arzobispo de Lima”. En la Biblioteca Municipal José Faustino Sánchez Carrión de Sayán se halla uno de los pocos ejemplares de dicha obra que cvirucló en el país.